miércoles, 27 de abril de 2011

Puedes Evitar Algunos de los Síntomas de la Depresión con una Alimentación Adecuada

¿El pescado para la depresión?
Tiene el mismo efecto que los antidepresivos
Las personas que comen pescado tienen menos posibilidades de sufrir de depresión o de enfermedades del corazón. Así lo sugiere una investigación del Hospital Mc Lean en Belmont, Mass., afiliado a Harvard, que encontró que los ácidos omega-3, presentes en el pescado, y la uridina, una sustancia natural encontrada en los alimentos, funcionan tan bien como los antidepresivos en la prevención de las señales de la depresión.
Si bien el experimento se realizó con ratas, las pruebas indican que las conclusiones serían extensivas a los seres humanos. Primero, las ratas fueron colocadas en un tanque de agua, donde no tenían otra opción que nadar. Tras un rato, las ratas se dieron cuenta que nadar era inútil, así que simplemente empezaron a flotar, un signo de rendirse a la depresión. En cambio, cuando se les administró un medicamento antidepresivo, empezaron a nadar de nuevo, señalaron los investigadores.
Además del antidepresivo, los investigadores les administraron una dosis combinada del ácido graso omega-3 y uridina.  El resultado fue tan efectivo como tres antidepresivos diferentes: las ratas empezaran a nadar de nuevo, según indicó el autor del estudio William Carlezon, director del Laboratorio de Genética Conductual de McLean.
"Les habíamos administrado estos dos componentes [el ácido graso omega-3 y uridina] por separado", declaró Carlezon. "Como nos dimos cuenta que cada tratamiento por separado tenía un efecto, se nos ocurrió la idea de administrarlo de forma conjunta para observar algún efecto sinérgico, ya que actuaban en el mismo sistema".
"Los medicamentos y los componentes dietéticos utilizados en el estudio probablemente actúan en las mitocondrias de las células cerebrales", apuntó. "Las mitocondrias producen energía para las células cerebrales", explicó Carlezon. "Imagine lo que pasa si el cerebro no recibe suficiente energía. Básicamente, le estamos suministrando al cerebro más combustible sobre el cual disponer".
"Los ácidos grasos omega-3 son ingredientes bien conocidos en muchos pescados, y son más abundantes en especies grasas como el salmón y la tuna. Los cardiólogos recomiendan una dieta rica en pescado graso debido a que los ácidos grasos omega-3 son buenos para el sistema circulatorio. Y lo que es bueno para el corazón es también bueno para el cerebro", afirmó el Dr. Bruce Cohen, presidente y psiquiatra jefe del Hospital McLean.
¿Y los ácidos grasos dónde están?
Los ácidos grasos omega-3 se obtienen mejor al comer pescado que en suplementos dietéticos. "En el pescado, son frescos y en la forma que se necesitan", explicó Cohen.
"La uridina es algo diferente. No se encuentra en altos niveles en ningún alimento particular", consideró Carlezon. "Es un elemento importante en la leche materna, y en la fórmula para bebé, que es enriquecida con uridina ya que resulta esencial para el crecimiento de los nervios a una edad temprana", agregó.
"Actualmente no existen suplementos de uridina en el mercado, pero quizá debería haberlos. Se necesitan más estudios para determinar si la uridina en la dieta afecta la capacidad mental y de aprendizaje", destacó Carlezon.
Mientras tanto, no estaría nada mal, agregar más pescado a nuestra dieta. Es probable que además de beneficiar a nuestro corazón, mejoremos también nuestro rendimiento y estado de ánimo.
Más información
El National Institute of Mental Health ofrece una guía sobre la depresión y su tratamiento.

Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare
FUENTES: William Carlezon, Ph.D, director, McLean Hospital Behavioral Genetics Laboratory, and Bruce Cohen, M.D., Ph.D, president and psychiatrist-in-chief, McLean Hospital, both in Belmont, Mass.; Feb. 15, 2005, Biological Psychiatry
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sábado, 9 de abril de 2011

Dietoterapia en las Enfermedades Cardiovasculares


Ingesta energética total: Se ha demostrado que una disminución de 5 a 10 kg de peso reduce el colesterol y los triglicéridos en plasma, por lo que es de gran importancia indicar el tratamiento reductor de peso en personas con sobrepeso u obesidad que presenten dislipidemias.
El tratamiento hipocalórico se basa en una modificación de la dieta hasta un nivel asociado a una mejoría de la salud o a un menor riesgo de complicaciones para alcanzar un peso corporal deseable. Se deben considerar los antecedentes familiares, la composición corporal y la distribución de la grasa, además de las complicaciones asociadas.
Las necesidades de energía alimentaria en los adultos se calculan a partir del peso corporal y de la intensidad de la actividad física según diferentes factores.
Acciones:
Se debe analizar el perfil de lípidos sanguíneos a las 6 semanas de iniciada la dieta. Si no se reduce el LDL colesterol a < de 100 mg/ dl en el transcurso de  6-12 semanas se debe indicar una mayor reducción de las grasas totales y saturadas.

La ingestión de pescado azul 3 veces  por semana lleva a la reducción de la mortalidad por todas las causas sobre todo la mortalidad por problemas cardíacos. Estos minimizan el riesgo de padecer aterosclerosis y la formación de colesterol, disminuyen los triglicéridos y reducen la presión sanguínea. Su consumo reduce el daño isquémico consecutivo al ataque cardiaco. Además los ácidos grasos que contiene también pueden reducir los riesgos y síntomas de otros trastornos como la diabetes mellitus.
El aumento en el consumo de fibra es capaz de disminuir el LDL colesterol entre un 10 y un 15 %, por varios mecanismos: por una parte la fibra dietética se une al colesterol de la alimentación impidiendo su absorción. También se une a las sales biliares evitando su reabsorción e induciendo un mayor catabolismo del colesterol. La fibra soluble es degradada en compuestos menores que al absorberse inhiben la síntesis de colesterol.
El consumo incrementado de fibra dietética es muy recomendado para mantener el peso corporal saludable y es conocida la relación entre la ingestión de cereales integrales con los cambios del peso a largo plazo.
Antioxidantes y enfermedades cardiovasculares: Las evidencias científicas indican que el proceso oxidativo tiene una fuerte influencia en el desarrollo de la aterosclerosis. La deficiencia de vitamina E (tocoferoles), C (ácido ascórbico) y carotenoides ha estado implicada en el desarrollo de enfermedades no transmisibles como son las cardiovasculares y el cáncer.

Té(Camellia sinensis): El té verde no es fermentado y es la bebida más consumida en los países asiáticos. Contiene polifenoles del tipo flavonoides. Los flavonoides más abundantes del té verde son las catequinas y juega un rol importante en el tratamiento de los factores de riesgo de la ECV. El consumo del té verde disminuye el peso corporal por interferencia con el sistema simpático adrenal y la síntesis de ácidos grasos, disminuye la absorción y los niveles plasmáticos de colesterol, tiene una fuerte acción sobre la actividad de los radicales libres inhibiendo la oxidación de las LDL, reduce la expresión de la adhesión molecular, tiene actividad antitrombótica por inhibición de la agregación plaquetaria y disminuye la presión sistólica y diastólica.
El consumo habitual y moderado de vino, especialmente de vino tinto, puede producir efectos beneficiosos adicionales sobre la morbilidad y mortalidad cardiovascular. El vino tinto es rico en polifenoles, particularmente en quercitinas y resveratrol (efecto protector del vino).
Minerales y enfermedades cardiovasculares:
Sodio: Se debe disminuir su ingestión. Se recomienda que no sobrepase los 6 g/d/persona; esto equivale a una cucharadita de postre rasa de sal per capita para cocinar, distribuida en las comidas.
Potasio: Se debe aumentar la ingestión de potasio. Alimentos ricos: Frutas (melón, toronja, naranja, limón, mandarina), vegetales (zanahoria, auyama, espinaca, col, tomate).
La alimentación habitual garantiza el suministro de potasio, superior a los requerimientos mínimos. No se recomienda la suplementación cuando se están tomando diuréticos que ahorran potasio.
Calcio: Se debe garantizar la ingestión adecuada de calcio.
Alimentos ricos en calcio: Algas marinas (Hiziki, Wakame, kombu, Nori), semillas de sésamo, sardinas, soya, almendras, avellanas, frijol, perejil, col, nueces, semillas de girasol, acelga y nueces

viernes, 8 de abril de 2011

Alimentación Saludable en Enfermedades Cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) constituyen un problema de salud pública en muchos países en desarrollo. El incremento de las tasas de mortalidad y la prevalencia de factores de riesgo (FR) observadas en América Latina, son los más importantes indicadores de la magnitud de esta epidemia.
Las ECV son la principal causa de mortalidad en el mundo industrializado, suponen una gran morbilidad y consumo de recursos.
Las recomendaciones de estilos de vida saludables pueden a largo plazo llevar a eliminar en la población las enfermedades cardiovasculares.
Entre los factores de riesgo, además de la inactividad física y el hábito de fumar, la dieta juega un rol importante en el desarrollo de estas enfermedades.
Para mantener la salud se necesita consumir nutrientes variados y otros compuestos, como los fitoquímicos, que han demostrado un papel protector en diversas afecciones.
Para obtener una dieta variada se deben seleccionar diariamente diferentes alimentos: cereales; vegetales y frutas (pueden disfrutarse en mayor cantidad); aves, pescados, huevo, leguminosas (granos).
Una dieta reducida en grasas, rica en pescados grasos y con un incremento en la relación grasas poliinsaturadas/grasas saturadas disminuye la mortalidad por todas las causas, lo que se atribuye a una disminución de muertes por enfermedad coronaria
Factores que influyen en las Enfermedades Cardiovasculares


Hiperlipoproteinemias (HLP): La hipercolesterolemia es uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de la enfermedad coronaria y en la progresión de las lesiones ateroscleróticas.
Con la dietoterapia  se previene la progresión de la placa aterosclerótica, se induce la regresión y disminuye el riesgo de eventos coronarios agudos en pacientes con enfermedad coronaria preexistente o con enfermedad periférica.
Se considera a los triglicéridos (TG) como un factor de riesgo cardiovascular independiente a otros factores conocidos.
En pacientes con enfermedad coronaria establecida la disminución del LDL colesterol, reduce ampliamente el riesgo de infarto agudo del miocardio, muerte por enfermedades cardiovasculares y por todas las causas.
Hipertensión arterial: La dieta desempeña un papel importante en la regulación de la presión arterial. La dieta hiposódica puede disminuir la presión sanguínea y el incremento de ella con la edad.
Los alimentos que descienden la presión arterial son las frutas y los vegetales.
La reducción de la ingestión de sodio puede ayudar a los hipertensos con tratamiento a disminuir la dosis de sus medicamentos mientras mantiene un buen control de la presión sanguínea.
Existe una asociación entre las dietas de bajos niveles de calcio con incrementos de la prevalencia de hipertensión arterial. Es por ello beneficioso mantener niveles adecuados de calcio en la ingesta.
Obesidad: Las personas que presentan obesidad central poseen un alto riesgo y deben ser tratadas para perder peso a través de una dieta adecuada y el incremento de la actividad física. El aumento de la grasa abdominal se asocia con el incremento de riesgo de padecer de diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemias, coronariopatías, entre otras.
La circunferencia de la cintura es de gran ayuda clínica para conocer el grado de obesidad y monitorear la reducción del peso.5 El valor de 94 cm en el hombre y 88 en la mujer es un alto riesgo para la ECV.
El IMC es recomendable en el diagnóstico de obesidad, pues correlaciona, de manera significativa, el total de grasa corporal y permite no solo evaluar y comparar individuos, sino poblaciones o subgrupos de estos y de diferentes orígenes. Permite valorar los riesgos para la salud asociados con el sobrepeso y puede ser una guía útil para su tratamiento